jueves, 26 de enero de 2012

Restauración Claustro Catedral Toledo.

Puerta de Santa Catalina.
Esta litografía de Genaro Pérez Villamil de 1842, representa la puerta de Santa Catalina, uno de los dos accesos desde la Catedral de Toledo a su claustro gótico. Y es precisamente donde empezó la visita que llevé a cabo por los trabajos de reparación de dicho espacio y de la mano de una de las restauradoras del proyecto que acaba de concluir.
La puerta de Santa Catalina ha recuperado su esplendor gótico.

Para empezar, la Catedral Primada de Santa María es en sí un templo apabullante. Vicente Blasco Ibañez en su novela "La Catedral" la llama la giganta, no en vano es el sexto templo más grande del mundo católico. Se la conoce también como la dives toletana (la rica de Toledo) y la verdad es que cuando la ves por primera vez es un espectáculo inolvidable.
También se han reordenado los parterres.

Pero su claustro se estaba muriendo. La orientación norte y la profundidad de siete metros respecto de la calle, hacían que la humedad se lo estuviera comiendo, sobre todo por las paredes que cierran el cuadrado perfecto por el lado norte.
Así en 2008 el Ministerio de Cultura, por medio de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, acometió la restauración integral del conjunto. Constó de tres fases. Una primera estructural centrada en consolidación de forjados, cubiertas y sistemas de recogida y evacuación de aguas. La segunda enfocada en adecuación de espacios para usos públicos como el archivo catedralicio, con medidas de protección contra incendios y sustitución o imposición de sistemas eléctricos. Esto sobre todo llevado a cabo en el claustro alto.
Arco gótico del triforio, oculto tras vidriera.

 En esta zona del claustro alto se ha recuperado uno de los espacios más espectaculares de la visita: Los que eran aposentos de la reina Isabel II cuando visitaba la ciudad imperial. Habitaciones que se encuentran tras las vidrieras que a su vez tapan parte del triforio, y que dan acceso al curioso balcón desde el que la reina oía misa. También en esta segunda fase se realizaron trabajos arqueológicos en el subsuelo de la crujía principal y que pusieron al descubierto estratos romanos, visigodos y del medievo. Se volvieron a tapar dejando un acceso para posibles estudios posteriores.
Uno de los murales de Bayeu.

Y por último, los trabajos de recuperación de las pinturas murales del 1776 y realizadas por Salvador Maella y Francisco Bayeu (cuñado de Goya), así como de las puertas de Santa Catalina y la de acceso a la capilla de San Blas. La intervención en las pinturas ha sido muy poco intrusiva como es norma en la restauración actual, basándose en la consolidación de las zonas levantadas y la reposición de pigmentos en aquellas "lagunas" donde no se alteraba la composición del Artista, ni la historia que nos contaba. Con todo, las pinturas de Maella en el muro norte están perdidas al 70% aproximadamente, conservándose mejor las de la crujía principal (muro este) de Bayeu. Reseñar que los murales narran historias de santos toledanos (Eugenio, Casilda, Eladio...)
Uno de los murales de Maella, el menos deteriorado.

 También la puerta de Santa Catalina y las traseras de las capillas catedralícias realizadas en caliza, en el muro sur fueron limpiadas con modernas técnicas como el láser y algunos elementos de piedra repuestos pero atendiendo a criterios, exclusivamente, de peligro de desprendimientos. Además usando materiales que denotan claramente que son modernos y evitar así el engaño al que lo contempla.
Creo que ha sido un magnífico trabajo, discreto, eficaz, huyendo de la intervención exagerada y forzada, pero que ha devuelto el esplendor al grandioso conjunto.
Apuntar, por último, que el costo ha sido de siete millones de euros, para un trabajo de tres años.

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