Espectacular vista de la ciudad de las tres culturas. |
El entierro del conde Orgaz en la iglesia de Santo Tomé. |
Empecé por este último. Alojado en una sala aparte de la iglesia y ubicado sobre la tumba del propio conde, encontramos esta monumental Obra Maestra del Artista cretense-toledano. El cuadro narra el momento en que San Agustín y San Esteban han bajado del cielo para enterrar con sus propias manos al señor de Orgaz para rememorar así el milagro ocurrido en esa misma iglesia en 1323. Mientras tanto en la parte alta del cuadro, Cristo, la Virgen, ángeles y santos se preparan para recibir el alma del difunto.
La Obra es un tratado del manierismo en si misma: El uso de luces de apariencia artificial, los escorzos de algunos personajes, figuras cortadas, el clásico alargamiento de las caras, el predominio del color y sobre todo el horror vacui que apenas deja un centímetro libre en el lienzo. Imprescindible ver si pasáis por Toledo y ojalá tengáis suerte de no encontraros con un autocar de japoneses que haya llegado antes que vosotros.
El Museo Sefardí se encuentra en las dependencias anejas a la sinagoga del Tránsito. Junto con la vecina sinagoga de Santa María la Blanca son los dos templos más importantes y bellos de la cultura judía en nuestro país. El templo asombra por su sencillez. Consta de dos plantas, la baja para el rito y la alta para que las mujeres pudieran seguir la ceremonia ocultas tras celosías. Ricamente decorada, al contrario que el aspecto exterior, con yeserías sobre todo en el muro principal, al este, con el espacio hejal (donde se guardan los rollos de la Torá) con motivos geométricos y vegetales.
El artesonado del techo es alucinante. |
Y el artesonado del techo en madera e incrustaciones de marfil y policromía que es un auténtico espectáculo. El Museo muestra utensilios y vestidos propios de la liturgia judía. Dos pequeños patios completan la visita, uno de ellos imita un lugar de enterramiento y tiene lápidas reales recopiladas de cementerios judíos.
La entrada. |
Y por último el Museo de el Greco. Construido en el siglo XIX imitando una vivienda de la época en la que vivió el Artista. No hay constancia de que Doménikos viviera en esa zona de la ciudad, pero eso es lo de menos. La primera parte de la visita que recrea la vivienda antigua está bastante conseguida, el resto es una ampliación moderna. Como Museo no creo que tenga mucho interés. Las Obras de el Greco son pocas, la verdad, y las de el resto de pintores son de escasa calidad. Del Maestro se guarda un apostolado y poco más, eso si, de gran calidad como todo lo del griego. Un par de retratos de amigos del Artista acompañan a los apóstoles. El resto, ya digo, obritas sin mucha importancia y calidad de discípulos, seguidores e imitadores. En general Museo prescindible teniendo en cuenta todo lo que hay que ver en Toledo.
Un "apostolado" del Maestro cretense. De lo poco reseñable. |
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