Las Pinturas Negras. Goya 3.- Planta Alta.

Perro hundido.

Nada más entrar a la habitación de la planta alta y a la derecha de la puerta se encontraba esta Obra. Mi preferida si se me permite decirlo. Y la de los expresionistas del siglo XX, y la de muchos surrealistas. El Goya que descubrieron y amaron las vanguardias del siglo pasado se encuentra condensado aquí. Cuatro trazos magistrales para mostrar la angustia vital, la desesperación (¿del propio Artista?¿de España?) el mal sueño del que quieres y no puedes despertar. El Goya más visceral, más alejado de sus retratos de pompa y aparato de la Monarquía y su parásita Corte. El "otro" Goya.

Hombres leyendo.

Enfrente, en la otra pared corta encontraríamos Hombres leyendo. Los analistas en clave política sugieren que se hace alusión a las tertulias clandestinas que se daban durante los agitados años del Trienio Liberal. Puede ser, como también es posible ver a una persona que lee mientras el resto escucha. El Maestro hizo hincapié muchas veces en el analfabetismo al que tenían sometido a sus paisanos.

Mujeres riendo.

Otra de las Obras de complicada interpretación, como la anterior y junto a la que se ubicaba. Me inclino a pensar por una escena de mancebía, de las muchas que había en la Villa, y a poner en cuarentena la opinión más extendida de que se trata de 2 mujeres (en el centro e izquierda) que ríen y miran a un hombre (de camisa blanca) que parece un retrasado mental que se masturba. Pudiera ser, pues Goya retrataba a las prostitutas por parejas y también realizó varias obras de interiores de "casas de locos".

Riña a garrotazos.

Para las paredes más largas de la habitación, Goya pintó cuatro Obras, dos más en formato horizontal que en la planta baja, debido a que aquí las ventanas se encontraban en el centro de las paredes. Riña a garrotazos es la pintura sobre la que hay más acuerdo. Se trata de la lucha fratricida de las dos Españas, atrapadas por las piernas sin posibilidad de huida y condenadas a pegarse por siempre. Es una metáfora que perdura hasta nuestros días. Sorprende que sea casi la única pintura que muestra algo de colorido, algo inexplicable más allá de ser un ejemplo claro de reutilización de otra obra que ya se encontraba en la casa, como dije en la presentación.

La procesión del Santo Oficio.

Enfrente de la "Lucha..." otra vez vuelta a lo negro, negrísimo. La procesión del Santo Oficio es posible que el Maestro la pintara para tomarse cumplida venganza sobre su odiada enemiga, La Inquisición. Recordemos que Goya se vio inmerso en un proceso por el Tribunal, a cuenta de "La maja desnuda" que apareció en un gabinete secreto que Godoy tenía en su casa. Proceso del que se libró con bien, parece ser que por la intervención directa de alguien de la Casa Real. El caso es que el Maestro odiaba a esa institución porque representaba al lado más negro de la ya de por sí negra iglesia. Así, la pintura recuerda a la de la planta baja, "La romería..." en que es otro cortejo de amargura y dolor, esta vez en el nombre de dios.

Atropos o Las Parcas.

Junto a la anterior se situaba esta Atropos o Las Parcas. Haciendo referencia a los seres mitológicos que tenían la vida de los humanos en sus manos. Recordemos: La primera parca elegía el hilo que representaba el nacimiento de una persona; La segunda tejía el hilo y por tanto la vida de esa persona; Y la tercera cortaba el hilo y la hacía morir cuando Zeus lo ordenaba. Consenso de nuevo, al interpretar que el Maestro veía cerca su fin y volvía a retomarlo esta vez mediante la mitología. Solo un enigma. La cuarta figura que aparece en la escena. ¿Zeus?, ¿Goya?.

Visión fantástica o Asmodea.

Visión fantástica o Asmodea es el otro ejemplo posible de reutilización de pintura ya existente. Es quizá la pintura más enigmática de la serie y a la que se han dado más interpretaciones. La mezcolanza de situaciones la hace difícil. Yo me quedo con la versión de los expertos de El Prado que la descifran como escena onírica, cercana a los aguafuertes de los Disparates o los Caprichos. Dos personas voladoras apuntadas con sus armas por dos soldados franceses, mientras se desarrolla una batalla en segundo plano y bajo una montaña...Si que parece un sueño, si.

Cabezas en un paisaje.

Y para terminar otro poquito de misterio. Cabezas en un paisaje, la probable decimoquinta pintura, ubicada en esta planta y a la izquierda de la puerta de entrada (ver esquema en la presentación). Se podría tratar de esta que se guarda en la colección Stanley Moss de Nueva York. Si es cierto que en el inventario se habla de 8 pinturas arriba y 7 abajo. pero a El Prado solo llegaron las 14 que ahora podemos ver. Charles Yriarte en 1867 también la cuenta pero afirma que ya había sido arrancada. ¿Por quién?¿para quién?¿porqué esa y no otra?. Bueno, eso probablemente nunca se sabrá, lo que importa es que la pintura de Nueva York responde fielmente al espíritu de la serie, por formato, temática enigmática y gama de colores. No estaría de más que nos la prestaran para que nuestros expertos en Goya certificarán que se trata, efectivamente, de la decimoquinta pintura de la serie. Sería importantísimo y se cerraría así uno de los más bellos e importantes conjuntos de pinturas de la Historia del Arte español y Universal, por supuesto.

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