lunes, 31 de octubre de 2011

Desde La Ribera Del Manzanares. Real Zaragoza.

Día de la afición.
No es fácil ser del Atleti... No lo es en nuestra propia ciudad, siempre viviendo a la sombra del vecino rico, guapo y al que persiguen las chicas. No lo es en el resto del país donde además está el Barça, ese que es el buen estudiante y buen hijo. Y no lo es en esas otras ciudades que, además de los anteriores, tienen su propio equipo local. No hablemos ya del resto del mundo, donde decir que eres atlético equivale a decir, poco menos, que eres de Marte. Pues bien, hoy eran homenajeados todos esos frikis mundiales - en el día de la afición y de las peñas - todos esos locos en rojo y blanco que aman y sufren esta forma de ser. Vaya por ellos!!

Pero, a pesar de todo, el ambiente estaba rarito. Los últimos resultados habían colocado la espada de Damocles sobre la testa de Manzano. Un sector del público pidió su dimisión el último día. Esto unido a la derrota en San Mamés, provocó algunos titulares incendiarios en la prensa madrileña. Había predisposición a liarla gorda hoy a la mínima. Hétenos aquí cuando Adrián cogió su fusil, tras un buen inicio ganando en todas las parcelas al Zaragoza, Arda que crece a pasos agigantados, la pone con música y cabezazo del asturiano a la escuadra de Roberto... Si, pero no, la comunión grada-césped no terminaba de cuajar.
Adrián hizo doblete.

Se notaba. Los cánticos eran tenues, los acercamientos al área no eran secundados, e incluso la rápida circulación del balón - preciosista a veces- levantaba apenas tímidos aplausos. De nuevo la estrategia daba frutos: Saca Gabi al palo largo, Godín cabecea al otro palo, donde aparece el otro central, Dominguez para empujarla. La precisión que nos había faltado otros días, hoy se derrochaba. Si... pero tampoco... Iba media hora de encuentro y parecía resuelto, pues los maños masticaban una empanada importante.
Diego soberbio en la primera mitad.

A la vuelta del vestuario el panorama cambió. Ya no se tocaba el balón tan rápido. Diego se sentía más incomodo y con él el equipo. Los zaragozanos quemaron sus naves estirándose hasta donde su calidad les permitía, y, lo más importante, de nuevo ese sector de público empezó a cargar contra todo y contra todos. No niego que no me hace ni puta gracia. Protestar por protestar, atacar a Manzano, ¿porqué?, ¿a que responde eso?, olía a orquestación bien afinada, porque sino no tiene sentido. Pedir cabezas es algo muy viejo en futbol, pero hacerlo cuando la cosa medio funciona, sin analizar pros y contras, me parece algo que venía preparado de casa y pasase lo que pasase en el césped, había que soltar.
Arda crece por días.

Seguro que iremos sabiendo cosas acerca de estos comportamientos. Y yo lo contaré. Igual que digo ahora que ya hace tiempo que dejamos de ser la mejor afición. Hubo un tiempo en que nos daban premios por ello.  Tanto exigir, exigir y exigir sin siquiera dar algo tan sencillo y simple como respeto. Y eso es algo que deberíamos hacernos mirar...

Aún habría tiempo para un tercer gol, segundo de Adrián, tras magnífica jugada de Filipe. Y el gol del honor para el Zaragoza en un remate fácil de cabeza de Postiga. Pero esto ya era lo de menos en un día que empezó bonito por la mañana, en Majadahonda con los peñistas viendo al filial -Atlético B 1, Albacete 1- y acabó con mal sabor de boca por las extrañas cosas que de vez en cuando se ven en este estadio. En fin.
Próxima parada el jueves en casa frente a Udinense. En liga, el domingo en Getafe.

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