domingo, 3 de abril de 2011

José Gutierrez Solana.

Autorretrato con muñeca.
José Gutierrez Solana, nacido y fallecido en Madrid (1886-1945) fue un pintor, grabadista y escultor adscrito al expresionismo. Aunque nunca le gustaron las etiquetas, y menos para sí mismo, es el tiempo y su obra los que le han colocado más cerca de ese movimiento que de cualquier otro.
Recogiendo los  muertos.

Heredero del Goya de la Quinta del Sordo, deudor del Ribera más Espagnoleto, José y su paleta rinden tributo a la España esperpéntica, triste, sórdida y grotesca y desnuda a un país más preocupado de sobrevivir que otra cosa.

La procesión de la muerte.

Tras su paso por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, forja su propio estilo que se aleja de las enseñanzas academicistas. Sus telas se pueblan de personajes del mundo de la pobreza, la prostitución o la superstición, definidos con una pincelada densa que modela sus figuras con trazos gruesos.

La visita del obispo.

Los colores son tenebristas para resaltar una España dividida temáticamente en tres grandes apartados: "Las fiestas populares", "Usos y costumbres" y "Retratos". Su visión pesimista de la sociedad, compartida con la Generación del 98, era de gran aceptación, en aquellos momentos, en el extranjero, por lo que Solana tuvo una carrera relativamente desahogada.

Cupletistas de pueblo.


Chulos y chulas.
Pintor imprescindible, sin duda, para conocer algo más aquella España de comienzos del siglo XX, tan bien retratada por él y sus compañeros de generación - Zuloaga, Regoyos, Romero de Torres, Nonell, Anglada Camarasa, Rusiñol, etc... -  y que sólo ahora, últimamente, están teniendo el reconocimiento que merecen, tras años de injusto olvido.

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