Lógicamente fue convertido en un héroe en su país, y recorrió el mundo explicando su proeza. Pero como suele ser habitual, la fama, para algunos, es un bocado difícil de digerir. Yuri comenzó a tener problemas con el alcohol y en su matrimonio, debido a las constantes infidelidades para con su esposa. Un día, a punto de ser sorprendido en una de sus conquistas, saltó por una ventana, ebrio, y estuvo cerca de morir. Fatalidad que si sucedió cuando apenas contaba 34 años, al estrellarse el avión que pilotaba.
Así comenzaba, hace medio siglo, la carrera espacial entre las dos potencias de ambos lados del Telón de Acero, y que hoy día aún continúa, aunque bien es verdad que más por parte de los americanos. Gracias a Gagarin que se introdujo en su nave poniendo en riesgo su vida, como reconocieron las Autoridades Soviéticas, que durante el vuelo ascendieron al cosmonauta de Segundo Teniente a Mayor.
Por último, una curiosidad: La expresión ¡Poyejali! quedó clavada en el imaginario ruso hasta la actualidad, y se utiliza ahora, por ejemplo, cuando se va a iniciar algún trabajo o proyecto especialmente si es complicado o arriesgado. También se usa como brindis.
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