Fin de fiesta. |
Era la segunda vez que visitaba nuestro país, y de esa primera vez son los dos vídeos que tenéis en esta entrada. Del concierto que dio en la sala Clamores, en Madrid en octubre del año pasado, el primero, y de los conciertos de Radio3, en noviembre.
Decir que Jimmy no viene con su banda habitual, la cual se queda en Chicago. Se rodea de tres españoles y un italiano con los que gira por Europa.
Cuatro muchachos que se acoplan a la perfección (son los mismos de la anterior visita) a la maquinaria demoledora del abuelo. Derrochando simpatía en el escenario, se metió al respetable en el bolsillo con una cuantas gracietas a cuenta de la cerveza, las chicas y el calor. Pero, sobre todo, con un R&B ejecutado con precisión de cirujano y que sonó a gloria bendita en el patio del antiguo Hospitalillo.
He de reconocer que su repertorio no es tan conocido como el de otros bluesman infinitamente más famosos, pero poco importó eso a la concurrencia que no paró de bailar.
El y su guitarra abriendo los bises. |
Triunfó, sin duda, una deliciosa versión del Stand by me, coreada por todos junto al vozarrón de Jimmy, y la sección de bises a la que salió él solo con su guitarra, primero, y con toda la banda después, para culminar una apoteosis sonora que un servidor tardará en olvidar.
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