lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Donde Vas Atleti?


Justo en este momento que se está presentando el proyecto del nuevo campo, me gustaría decir algunas cosas sobre lo que está pasando en el Club Atlético de Madrid, y sirva también como anexo a la entrada publicada ayer sobre el partido liguero frente al Rayo Vallecano, y que no se dijeron en dicho post.

Que la situación no es fácil en nuestro equipo, huelga decirlo. Y no me refiero a deportivamente, porque esto es similar o acorde a lo que se ha vivido a lo largo de nuestra historia.
 Es obligado, para empezar, referirse a la nefasta gestión arrastrada, muchos años ya, por la directiva actual. Una serie de personas aferradas a la dirección del club y que han hecho de este su coto privado. No solo porque lo piense la inmensa mayoría de la afición, que también, sino porque así ha sido reconocido por la Justicia. Justicia, por cierto, que también es culpable, pues en un descuido sin precedentes dejó que Jesús Gil se hiciera con la propiedad sin poner una peseta, y cuando se quiso dar cuenta, el delito había prescrito. Digno de un guión firmado por los Hermanos Marx. Pero no, es real, es España y es el Atleti.

Dicho lo cual, Gil & Cerezo se afanan año tras año en hacer el mejor equipo posible, pero por una pura cuestión económica: ellos son los primeros interesados en hacer rentable el producto. Se equivocan casi siempre, claro, lastrados por un pasado brillante del equipo y que la afición se niega a negociar. Exigimos luchar de poder a poder con Barça y R.Madrid, aún sabiendo que esto, hoy día, es imposible.

Con lo cual entramos en una espiral sin salida. Influye y mucho el hecho de que Gil & Cerezo jamás, digo jamás han querido explicar a sus socios el estado de la cuestión. No se sabe la cuantía real de la deuda, ni los plazos y costos de las operaciones del nuevo estadio y de la ciudad deportiva, ni la procedencia de los fondos de inversión que últimamente traen jugadores al equipo, ni tantas pequeñas y grandes cosas que el aficionado sabe, oye o conoce por terceros o por periodistas.
 Que esa es otra. También tiene su parte de culpa la prensa deportiva madrileña por connivencia o por ocultación o por ambas. Así como para las cuestiones de nuestro vecino (solo hace falta recordar como Marca sacó del sillón presidencial a Ramón Calderón) siempre se muestran beligerantes y críticos contra lo que le puede dañar, para con lo nuestro la tibieza es la norma general, y cuando se ha hecho algo, ha sido sin continuidad ni profundidad. Bien es cierto que al tratarse de una Sociedad Anónima hay que estar muy seguro y tener pruebas fehacientes para lanzar acusaciones.

También tiene su cuota de culpabilidad la afición, o al menos parte de la afición. Hay un grupo cada vez más numeroso que se dedica a reventar todo lo que huela a normalidad, en aras a la disolución del Consejo de Administración. Y hasta que esto no se produzca, ellos cargan indiscriminadamente contra entrenadores y jugadores. También contra aficionados que no piensen como ellos. Se enrocan en los foros y redes sociales y no dudan en insultar al que se le ocurra decir, por ejemplo, que el proyecto de la Peineta le parece bonito y moderno. O estás con ellos o estás contra los 108 años de historia del club.
 Aunque comparto algunas de sus fobias, creo que se equivocan en las formas. Un ejemplo: tal es su cruzada, que se alinean con el Frente Atlético en los gritos de "Manzano vete ya". Los ultras porque amaban al anterior entrenador, y ellos para justificar que todo lo que ficha la directiva es malo y caro. Curiosos compañeros de viaje. Y ambos grupos, también aman a Reyes, por ejemplo, unos porque tienen que justificar que a los "buenos" los malvende la directiva, y otros porque el utrerano se besa el escudo y les saluda cuando calienta.
 Por cierto, ayer contra el equipo vallecano, los ultras colocaron una pancarta que pedía la libertad de un asesino confeso, el de Carlos Palomino, sin que nadie del club mandara quitarla y sin que el grupo opositor, se llame como se llame, hiciera reseña alguna hoy en las crónicas de sus blogs, ni en Facebook ni Twitter.

En fin, no me gustaría que para mi equipo se aplicara aquel viejo refrán que decía: "Entre todos le mataron y él solito se murió", aunque camino llevamos de ello. Mis conclusiones, sin ser la panacea por supuesto, pasan por la suma de varios factores.
La primera y principal que la Justicia devuelva el club a sus antiguos propietarios - los socios -, o al menos que haga devolver a los actuales dueños todas las plusvalías y dineros que han conseguido durante tantos años de propiedad ilegítima. No soy jurista por lo que tampoco puedo desarrollar esto como me gustaría o como se ajuste a la Ley, pero creo que los tiros deben ir por ahí.
Una vez que ese primer punto se resolviera... Acciones a la venta con prioridad para los socios. Creo que no se cubriría la totalidad del capital, por lo que habría que ir a una segunda venta de títulos. Ahí sería un momento delicado, porque entraría en el consejo de administración quizás alguna multinacional, no lo sé.

Solucionada la propiedad, vamos al tema fútbol propiamente dicho. Entregar la dirección de la parcela deportiva - cantera y primer equipo - a antiguos jugadores que conozcan la indiosincrasia rojiblanca. Nutrirse del filial y pocos extranjeros, pero contrastados, es un modus operandi que muchos aficionados compartirán, aún sabiendo que este es un modelo que requiere de muuuucha paciencia. Y a partir de estas quiméricas premisas recuperar nuestra identidad, que tampoco es que la hayamos perdido del todo, pero si conseguir que todos los estamentos vayamos en la misma dirección.

Pienso que si esto se produjera hay temas en curso actualmente que no se perderían, como el proyecto de nuevo estadio. Es absolutamente necesario cambiar de escenario, tanto para crecer como por una pura cuestión de comodidad. Si es verdad que la operación se debería transparentar. Aclarar en calidad de qué nos vamos allí, si como propietarios o como alquilados.

Yo, para terminar, no soy pesimista. El Atlético de Madrid es una mina en potencia, solo hay que ver la asistencia al estadio o los pinchazos televisivos. Siempre le digo a mis amigos que esta pesadilla pasará y el club seguirá ahí grande y orgulloso, pero también pongo pies en la tierra cuando reconozco que venga quien venga, hoy día, no podemos luchar en igualdad de condiciones, por los títulos importantes, con los dos transatlánticos. Resignarse a ser terceros también es complicado. Colocarte esa espada de Damocles sobre la testa y cargar con la culpa de quedar cuartos o quintos, es duro, muy duro. En cualquier caso nos merecemos la oportunidad de investigarlo, de vivir unos años sin esta tiranía que ya dura demasiado.

Salud y Forza Atleti!

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