Teníamos clase en el
Reina Sofía para ver al gran
Jean-Leon Gérome, pero como iba con tiempo y me cogía de paso, entré a
CaixaForum para ver la expo de
Jacques Henri Lartigue. Apabulla la cantidad y calidad de artistas franceses que llenan estos días los espacios expositivos madrileños. Y si la del
academicista Gérome -de la que hablaré otro día- es un tratado casi fotográfico del mundo clásico y del oriental al oleo sobre lienzo, la de Lartigue es una visión pictórica del siglo XX sobre negativo y nitrato de plata. A los ocho años le regalaron su primera cámara y desde entonces se enfrascó en un diario con instantáneas acompañadas de un pequeño texto... Toda una declaración de intenciones.
La expo se titula
Un mundo flotante y la componen casi 200 obras. La mayoría son visiones amables del mundo que rodeaba al artista. Amables porque Lartigue se empeñó en retratar la felicidad. Ajeno a las convulsiones mundiales que le fueron contemporáneas. No encontraremos en su obra fotoperiodismo de guerra, ni tampoco ancianos ni fealdad. Todo su universo está tocado por un placer de vivir, por lo banal de una vida resuelta y acomodada. Como ejemplo valga este comentario que aparece en uno de sus diarios: "Hoy hemos sabido que ha empezado la Guerra Mundial. Dia mejorable. Un siete." Esto fue anotado despues de que su jornada hubiera consistido en un paseo por el lago con tiempo desapacible. Entonces, si este hombre tan poco comprometido, tan alejado del espíritu batallador de las vanguardias de su época, es considerado hoy día uno de los grandes de la fotografía, ¿A que se debe?
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Jacques Henri Lartigue |
Pues principalmente a una expo que le dedicó el
MOMA en 1963. Con semejante espaldarazo Lartigue fue descubierto hasta en su propio pais, y 10 años despues el presidente
Giscard le encargó su retrato oficial, lo que dió pie a una gran amistad que desembocó en la donación del artista de toda su obra al Estado francés. Más vale tarde que nunca", debió pensar el fotógrafo... Nunca es tarde si la obra es buena", pensaron los franceses que, rapidamente, le subieron al olimpo de los genios del siglo XX. A mí me ha parecido curiosísimo que TODOS los temas fotografiados tienen que ver con sus amigos... Que si esquiando en Chamonix, que si en la playa de Biarritz, que si jugando tenis en Roland Garros... Más parece el trabajo de un reportero del corazón que el de un hombre de la convulsa primera mitad del siglo pasado. Eso sí, sus encuadres, sus experimentos con el movimiento tanto de máquinas como de personas y su obsesión por el orden, que se ve en sus pulcros diarios anotados, me gustan, porque me revelan a un
friky del Arte de la camara obscura, un apasionado
amateur que, practicamente, hasta que el MOMA no se acordó de él, nadie sabía de su buen hacer. Bien es cierto que Lartigue tenía la fotografía como un hobby pues nunca necesito ni vender ni trabajar para vivir como un marqués. Se dedicó, practicamente a recorrer su querida Francia (más bien sus centros vacacionales) persiguiendo los eventos deportivos de todo tipo que empezaban a caminar, mientras tambien inmortalizaba a sus amigos. Un caso raro y excepcional en el mundillo fotográfico del siglo pasado. Muy recomendable.
UN "ME GUSTA" AL ESTILO FB.... MUY BUENA LA IDEA...GRACIAS POR EL APORTE. AHORA, ME PARECEN UNOS DATOS INTERESANTES!!
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