Hace poco decía el Sr. Cerezo, a propósito de las protestas a su gestión en el Calderón, que cuando se ganaron los dos títulos hace poco - pero parecen siglos de eso- no oía a nadie protestar... Pues bien, en el partido de ayer las protestas se oyeron antes, durante y después de que fueran cayendo los goles en la portería del Villareal. Quiero decir con esto que al público soberano y paganini se la empieza a traer al pairo que la pelotita entre o no. Y es que nunca, NUNCA, hay que dejar de recordar a estos personajes que se sientan en la zona noble, como consiguieron hacerse con el club: Sin poner ni un duro, ilegalmente como han reconocido los jueces, y libres única y exclusivamente porque el DELITO está prescrito... Que tiene cojones la cosa que un delito de semejante calado, incluido en el proceso MARBELLA, se le escapara a los jueces por el sumidero de la prescripción... En fin, resumiendo, que no se enfaden Cerezo y Gil jr. porque el pueblo ha hablado y cuando el pueblo habla ya sabemos las consecuencias.
Dicho lo cual y, a todo este jaleo, había partido de los buenos en la orilla del Manzanares. Se presentaba Villareal con muy malas intenciones, con el cuarto puesto agarrado con uñas y dientes y, sobre todo, con el beneplácito de los gurús del buen gusto futbolístico. Un equipo del que dicen juega como los ángeles y del que hablan maravillas tópicas como que se asocian bien, sus delanteros ocupan los espacios libres, toque y desmarque, etc.etc.etc. Todo muy lindo, pero ayer el grupo de Quique con un par de cosas tan antiguas como el propio fútbol - presión y puntería- desmontó el chiringo a todos esos poetas de la crónica deportiva. Bien es verdad que los castellonenses siempre lo intentan, jugar digo. También es cierto que no dan una mala patada, cosa de agradecer en los tiempos que corren y no es menos cierto que ese regusto por poseer el esférico no lo abandonan por más goles que les vayan cayendo. Perfecto. Pero cuando les muerdes la nuca, les soplas la oreja y repartes intensidad por el cesped me da que se arrugan, o al menos ayer se arrugaron. Apretar, robar rápido y la calidad de nuestros delanteros -hoy si acertados- fue toda la receta para tumbar a este ogro... Ojo que hay que hacerlo, ¿eh?
Y así transcurrió la enésima noche gélida junto al Paseo de los Melancolicos. Una nochecita que se preveía movida se convirtió en una de las más plácidas que se recuerdan. Porque ni con el empate de los amarillos rozando el descanso se mascaba la tragedia, no sé, se intuía que ante tal superioridad rojiblanca ganar era cuestión de tiempo. Así fue, al primer gol - golazo- de Reyes le secundó Kun con una vaselina tras galopada y asistencia de Filipe -golazo2- y un tercero no menos bello de Forlan a pase del utrerano. Noche de reivindicaciones en fin, de los delanteros que se dieron un festín tras la sequía, de un inmenso Tiago, y de Quique Flores vitoreado hasta la saciedad. Continuará...
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